Un equipo de investigación argentino logró un avance clave para entender las diferencias entre machos y hembras en los pingüinos, incluso en aquellos que vivieron hace millones de años. El trabajo fue publicado recientemente en la revista científica Polar Biology.
El estudio fue encabezado por Luis Marcial Garat, becario doctoral del Instituto de Investigación en Paleobiología y Geología (IIPG, CONICET-UNRN) junto a las investigadoras del CONICET, Marianella Talevi y Carolina Acosta Hospitaleche. La investigación se centró en el estudio de una delgada capa ósea que recubre la parte interna de los huesos largos, conocida como “capa circunferencial interna” (o ICL, por sus siglas en inglés). Esta estructura podría convertirse en una pista fundamental para distinguir entre machos y hembras en pingüinos actuales y también fósiles.
"Todo comenzó con un hallazgo anterior que realizamos, donde observamos que esta capa estaba presente en machos de una especie de pingüino actual -Pygoscelis adeliae-, pero ausente en hembras. La gran pregunta era si las hembras simplemente nunca la formaban o si, por el contrario, la perdían más tarde, quizás por un proceso biológico en el que se destruye tejido óseo y que está relacionado con la puesta de huevo de las aves", indica Garat.
Para resolver esta incógnita, los investigadores analizaron los huesos de hembras de otras especies de pingüinos antárticos, el Pygoscelis antarctica y Aptenodytes forsteri, y encontraron que sí formaban la capa circunferencial interna, pero que ésta se encontraba remodelada, es decir, alterada por procesos internos que borran o reemplazan el tejido óseo. Esto sugiere que tanto machos como hembras producen esta capa, pero que en las hembras desaparece progresivamente durante su madurez sexual.
Aunque la presencia de esta capa no permite asegurar con total certeza el sexo de un individuo, su remodelación o ausencia podría indicar que se trata de una hembra. Esta información es especialmente valiosa cuando se estudian restos fósiles, donde la determinación del sexo suele ser imposible con métodos tradicionales.
"Además, el estudio detectó una distribución inusual de un tipo especial de tejido óseo conocido como 'hueso medular' en la especie Spheniscus magellanicus. Este tejido, asociado a la reproducción en aves, no aparece de manera uniforme en todo el esqueleto, lo que abre nuevas preguntas sobre cómo y por qué presenta dicha distribución en esta especie. En resumen, esta investigación no solo ayuda a conocer mejor la biología de los pingüinos actuales, sino que también ofrece herramientas para resolver problemas en la clasificación de especies fósiles revelando fuentes de variación sexual detectables a partir de su histología", finaliza el becario.