La geóloga, Brenda Aramendia, y la vulcanóloga, Sara Pereira da Silva, científicas en el Instituto de Investigación en Paleobiología y Geología (IIPG, CONICET-UNRN), realizaron respectivamente una beca Research Grants-Short-Term Grants, del Servicio Alemán de Intercambio Académico (DAAD), en Alemania, y la Fire of Love in memória de Mauricio e Katia Krafft, en Francia, ambas conocidas por promover la colaboración académica internacional. Las postulaciones presentadas fueron a través de una beca posdoctoral de estadía corta, con una duración aproximada de tres meses.
Pereira da Silva obtuvo su pasantía en el Laboratorio Magma y Volcanes (LMV), en la Universidad Clermont-Auvergne (UCA), que se ubica en la ciudad de Clermont Ferrant, en la región de Auvernia-Ródano-Alpes en Francia. Mientras que Aramendia la llevó a cabo en la ciudad de Frankfurt am Main, Alemania, en el Institut für Geowissenschaften de la Universidad de Goethe. Además, da Silva comenta que: "tuve la oportunidad de participar de la Escuela Internacional de Vulcanología 'Working on active volcanoes: learning the tools of modern volcanology (field observations, data acquisitions, reporting and response' organizada por la UCA, en las Islas de Lipari, en el volcán de Stromboli en Italia. También tuve la oportunidad de hacer una pasantía corta, en ese país, en la Università degli Studi di Palermo con mi codirector, el Dr. Alessandro Aiupppa".
Mientras que Aramendia explica que "durante la estadía desarrollé mi trabajo enfocado en el Batolito Curaco, un grupo de rocas ígneas que se forman por la cristalización de magma bajo la superficie de la tierra. Específicamente, es la evidencia del magmatismo que tuvo lugar en la Patagonia durante los períodos iniciales del desmembramiento del supercontinente Gondwana. El objetivo de mi investigación fue entender el origen de estas rocas, realizando estudios geoquímicos para analizar la composición y determinar si tienen un origen común. También desarrollé el análisis de minerales como anfíboles, feldespatos y biotitas, con una microsonda electrónica para calcular las condiciones de temperatura y presión bajo las cuales se formó el magma. Además, de datar las rocas utilizando un espectrómetro de masas de plasma acoplado inductivamente con ablación láser para conocer su edad y estudiar los inicios del magma".
Por su parte, la vulcanóloga presentó un proyecto enfocado en el estudio de la dinámica eruptiva magmática del complejo volcánico Caviahue-Copahue, ubicado al noroeste de la provincia de Neuquén. La investigación se basa en el análisis de los contenidos volátiles en inclusiones fundidas dentro de minerales como olivino, piroxenos y plagioclasas. Y señala que "en la escuela de campo, en las Islas de Lipari, la misma tuvo un enfoque sobre los métodos de muestreos y monitoreo que se encuentran activos en volcanes, y como es el procedimiento y responsabilidad de los organismos de prevención de desastres. Mientras que en la Università degli Studi di Palermo, me dediqué a avanzar con el procesamiento de los datos que obtuve con el instrumento telemétrico llamado MultiGas utilizado en el volcán Copahue, con el cual trabajé en años anteriores. Además de conseguir nuevos conocimientos y estrategias para el desarrollo de publicaciones científicas".
Experiencia obtenida
La geóloga indica que trabajar en Alemania le brindó la oportunidad de aprender nuevas técnicas y ver cómo se abordan los problemas geológicos en un contexto internacional. En el instituto alemán, los colegas le enseñaron y permitieron utilizar equipos avanzados, lo que enriqueció enormemente su aprendizaje. A su vez, haber conseguido experiencia valiosa para su tema de investigación le concedió un beneficio importante para todo el equipo con el que trabaja en Argentina, ya que puede compartir los conocimientos adquiridos.
Por otro lado, "el Laboratorio Magma y Volcanes de la UCA es uno de los mejores y más prestigiosos laboratorios para análisis de muestras volcánicas en el mundo, sus proyectos tienen alcance a nivel mundial y los investigadores son muy reconocidos en dicha área. En este caso, tenía conciencia de esta oportunidad, y principalmente, porque el sistema volcánico del Copahue nunca se había estudiado con tantos detalles de unidades geológicas. En tanto que, en la escuela de vulcanología, tuve la posibilidad de entender de cerca cómo funcionan los distintos roles y como trabajan en sistemas de crisis eruptiva", finaliza Pereira da Silva.